Hay clásicos que jamás pasan de moda. Como El Padrino, Casablanca o el Fantasma de la Ópera. Uno de ellos es ver cada año a Jon Rahm peleando por la victoria en el Farmers Insurance Open.
La diferencia es que mientras las otras cosas son obras de arte inmutables, Jon cada temporada se enfrenta a una situación diferente, otros rivales, un escenario con una preparación distinta, otras condiciones meteorológicas… Lo que nunca cambia es que él está arriba.
Rahm ha terminado en el séptimo puesto. Es su cuarto top ten en cinco visitas a Torrey Pines. A falta de nueve hoyos el domingo estaba metido de lleno en la batalla por ganar, a tres golpes del líder, Patrick Reed. Dos bogeys en los nuevo últimos hoyos, uno en el 11 tras encontrar el búnker desde el tee, y otro en el 15 tras fallar un putt corto, lo alejaron no sólo de ganar sino de una segunda plaza que tuvo a tiro.
Sea omo fuere, su despliegue durante la semana volvió a dejar muchas más cosas positivas que negativas. Se encuentra cada vez más a gusto con el material y el estreno del putter de Odyssey fue para ser optimistas. Aún necesita algo de tiempo para terminar de cuadrar todas las piezas perfectamente, pero todo va por el camino adecuado.
Jon ha estado arriba en las estadísticas desde el tee y con el putter. En ambos registros se ha colocado entre los 20 mejores. Donde probablemente le ha faltado la precisión de otras semanas, y quizá ahí ha estado la clave para no ganar esta semana, ha sido en los hierros y en las recuperaciones. La victoria fue para Patrcik Reed.
Rahm volverá a jugar la próxima semana y lo hará en casa, en el Waste Management Phoenix Open de Arizona, en el TPC Scottsdale. Otra cita siempre especial en su calendario y donde tiene unas ganas terribles de lograr la victioria.