Jon Rahm arranca el US Open de Pebble Beach con el objetivo de sacarse dos espinas. La primera es dejar atrás los dos cortes fallados de manera consecutiva en el PGA Championship de Bethpage y el Charles Schwab Challenge de Colonial.
La segunda, aún más importante, es demostrar que el US Open está hecho para él y que los dos cortes consecutivos fallados en Erin Hills y Shinnecock Hills, 2017 y 2018, no son más que meros accidentes.
Para conseguir ambos objetivos, Jon ha llegado a Pebble Beach, icónica sede del US Open que cumple 100 años, más fresco que nunca.
El golfista de Barrika decidió descansar y no tocar un palo en diez días. No es algo baladí. De hecho, es la primera vez desde que se hizo profesional que ha estado tanto tiempo sin jugar o practicar. “Necesitaba parar. No estaba cansado físicamente, pero sí me hacía falta resetear y volver a coger con ganas el golf. Los primeros días no lo eché de menos, pero cuando ya llegué al día siete u ocho ya estaba deseando volver a jugar. Creo que ha sido muy bueno”, aseguraba antes del inicio del US Open el golfista español.
Jon jugará las dos primeras rondas junto al australiano Marc Leishman y el norirlandés Rory McIlroy. Partidos de campanillas. El jueves saldrá en el turno de mañana y el viernes en el de la tarde. En principio, la previsión del tiempo es buena, no hará mucho calor y tampoco se esperan fuertes rachas de viento.