Jon Rahm afronta desde este jueves el Tour Championship, la gran final de la FedEx Cup. El jugador de Barrika juega en East Lake con opciones aún de ganar el circuito americano.

No lo tiene fácil, ya que ha llegado a este torneo en el puesto 24º de la clasificación, pero mientras haya vida, hay esperanza. Jon, desde luego, no tira la toalla.

La combinación ganadora para que Jon se lleve a casa la FedEx Cup es la siguiente. Necesita ganar y que pasen estas otras circunstancias:

– DeChambeau debe acabar 21º empatado o peor.

– Rose debe acabar sexto empatado con otros dos jugadores o peor.

– Finau debe acabar tercero empatado con otro jugador o peor (en ese caso empatarían en la FedEx Cup y tendrían que salir a jugar un desempate).

– Dustin Johnson debe acabar segundo empatado con otros dos jugadores o peor.

– Justin Thomas debe acabar segundo empatado con otros dos jugadores o peor.

– Keegan Bradley debe acabar segundo empatado o peor.

El año pasado llegó a esta misma cita con una posición mucho mejor, pero no sería el primer jugador de la historia que gana la FedEx llegando a la final más allá del puesto vigésimo. Rahm, por cierto, ha aterrizado en East Lake después de pasar por el sillón del dentista para extraerle dos muelas del juicio que amenazaban con darle la lata durante la Ryder Cup.

Obviamente, es inevitable que el gusanillo de lo que viene la próxima semana esté ya a pleno rendimiento, pero Jon no tiene prisa. La Ryder, de momento, puede esperar una semana más, ya que al fin y al cabo aún queda mucho por lo que luchar estos días en Atlanta. Jon jugará la primera jornada con Rickie Fowler. No hay mejor manera de ir calentando la gran cita de París de dentro de ocho días.

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