Jon Rahm, con un resultado acumulado de dos golpes por encima del par, rescató un buen 17º puesto empatado en su primera participación en el Arnold Palmer Invitational.
Y aunque las expectativas para el campeón de Barrika y actual Número 1 del ranking mundial siempre son altísimas, conviene valorar en su justa medida el nivel que ofreció durante las cuatro rondas de un torneo durísimo (72, 70, 74 y 74 golpes), en el que estuvo a punto de meterse a última hora en la pelea por la victoria.
Y eso que arrancaba la última jornada de competición con una desventaja prácticamente insalvable. Pero como de costumbre, Jon tiró de garra, de un muy buen juego de tee a green y del acierto con el putter que se le está negando negando en este tramo de la temporada, con la complicación añadida de enfrentarse a unos greenes duros, secos y rapidísimos, para plantarse en el hoyo 10 con uno bajo par en el día y posibilidades reales de acercarse a la zona noble de la clasificación en el tramo final de su ronda.
Un bogey en el 11, en el que llegó a patear para birdie desde unos 10 metros, frenó por completo su intento de remontada. Y aunque en sus últimos hoyos del torneo mantuvo su enorme regularidad desde el tee y con los hierros, esquivando las trampas de un rough terrorífico y las fuertes rachas de viento -llegó incluso a tener varias opciones más de birdie e incluso un putt para eagle-, las complejas condiciones en que se presentaron los greenes de Bay Hill, más parecidas a las de un US Open que a un torneo regular del PGA Tour, pasaron factura.
Aun así, Rahm logró rescatar otro top 20 (sólo en el Genesis Invitational, en el que fue 21º empatado, ha estado fuera este año de los 20 mejores en cada torneo) y se mantiene una semana más al frente del ranking mundial de golf, y ya son 41, 34 de ellas de manera ininterrumpida desde julio del pasado año. El de Barrika, al que sólo el putter está impidiendo pelear por las victorias en este arranque de año, tendrá una nueva oportunidad para desquitarse esta misma semana, en la que disputa el THE PLAYERS Championship en el mítico Stadium Course del TPC Sawgrass, en Ponte Vedra Beach, Florida.