Jon Rahm (-10) volvió a estar en la pelea por la victoria en el Masters de Augusta. El jugador de Barrika cuajó una año más una espléndida actuación en el Grande de la Chaqueta Verde. Entregó cuatro tarjetas de 69, 66, 72 y 71 golpes y acabó en la séptima posición. Es su tercer top ten consecutivo.

El sabor final de la semana es algo agridulce. El resultado es muy bueno y su rendimiento un año más ha sido muy alto, pero después de la segunda ronda de colocó como líder del torneo y las expectativas estaban muy arriba. Las dos últimas vueltas no fueron buenas.

El mejor momento de Jon estuvo entre los días viernes y sábado, cuando jugó la segunda vuelta. No la pudo completar el viernes debido al retraso acumulado por niebla del primer día y el sábado remató la faena para una fantástica ronda de 66 golpes, la que precisamente lo situó en el liderato.

En la tercera jornada no tuvo demasiada suerte. Dos bolas con barro en los hoyos 8 y 18 le penalizaron mucho y el putter se le enfrío de manera notable. Intentó la remontada el cuarto día, pero de nuevo se dejó muchas oportunidades por el camino. Fue después de un doble bogey en el 12 cuando regresó su mejor golf y acierto y terminó con una secuencia muy buena de tres birdies y un eagle en los últimos seis hoyos para un total de diez bajo par.

Desde su debut en el Masters en 2017, no hay ningún jugador que haya hecho menos golpes que Jon Rahm en Augusta. Está empatado con Rory McIlroy y Rickie Fowler con un parcial acumulado de -28.

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