Individual o por pareja. Tanto monta, monta tanto. El asunto es que Jon Rahm no se baja del top ten. El golfista de Barrika terminó el Zurich Classic of New Orleans en la séptima posición formando tádem con Ryan Palmer.
La dupla defendía el título conquistado en 2019 y su actuación fue muy buena. No pudieron repetir victoria, pero estuvieron arriba, con opciones, de principio a fin. Finalizaron en la séptima plaza a sólo tres golpes del desempate.
El formato del torneo son dos rondas de fourballs y dos de foursomes. El jueves y el sábado, a mejor bola, Palmer y Rahm sacaron una más que jugosa cosecha de 65 golpes, mientras que en foursomes, golpe alterno, hicieron 71 y 70, dos resultado más que competitivos en la modalidad más difícil. Probablemente les faltó algo más de acierto en los fourballs para haber retenido el título. En cualquier caso, si ya de por si es difícil ganar dos veces seguidas un torneo individual, hacerlo en uno por parejas es casi ciencia ficción.
Sea como fuere, es el cuarto top ten consecutivo de Jon Rahm, el noveno de la temporada. Ha jugado 12 torneos. El porcentaje es brutal. El golfista vizcaíno termina entre los diez primeros en un 75 por ciento de los torneos en la presente temporada. Es el golfista que más puestos entre los diez primeros suma este curso en el PGA Tour y también tiene el récord acumulado desde 2017, su primera temporada completa en el circuito americano. Concretamente, son 45, uno más que Justin Thomas y siete más que Dustin Johnson, Rory McIlroy y Tony Finau. Ha conseguido, por ejemplo, quince más que Bryson DeChambeau en estas cuatro temporadas.
Los números son impresionantes y hablando de una regularidad a prueba de bombas. Es la consistencia deseada por cualquier jugador del mundo. Es, probablemente, la cualidad más difícil de adquirir en golf. Sólo Tiger Woods en toda su carrera tiene un porcentaje de top ten más alto que Jon Rahm.