Jon Rahm ha cuajado otra gran semana en el THE PLAYERS Championship. El dato objetivo es irrebatible. Ha firmado un valioso top ten en una de las citas más importantes del año.

Eso sí, más allá de lo objetivo está lo subjetivo y en este sentido la sensación de Rahm es agridulce. Entre otras cosas porque la ambición del jugador de Barrika no le permite afrontar un torneo con otra idea en la cabeza que no sea ganar.

Sí, el top ten está bien, gusta y se aprecia, pero Jon quiere algo más, trabaja para otras ambiciones. Más si cabe cuando realmente tuvo en la mano la posibilidad de agarrar un premio mejor. Es el segundo domingo consecutivo amargo del jugador vizcaíno en el TPC Sawgrass. Acabó lejos del triunfo de Justin Thomas, pero la realidad es que a falta de siete hoyos seguía metido en la pelea por ganar. No tuvo el final que necesitaba.

Jon rubricó cuatro vueltas de 72, 68, 67 y 73. Arrancó el torneo algo atascado. Su juego largo no anduvo fino y tampoco el putter acudió al rescate. De todos modos, consiguió mantenerse en la pelea y, sobre todo, reaccionó de manera brillante en las dos siguientes rondas.

Rahm remontó posiciones como la espuma y recuperó el temple en los greenes. Esta es sin duda la gran noticia de la semana en el THE PLAYERS. Jon ha vuelto a meter buenos putts de media y larga distancia, algo que le estaba faltando en las últimas semanas. Sin embargo, su juego largo no estuvo tan atinado como hubiera necesitado, sobre todo en la última ronda del torneo.

La próxima cita de Rahm será el WGC Dell Technologies Match Play

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