Jon Rahm le ha cogido el punto a los Grandes. En los últimos cinco que ha jugado ha acabado en cuatro ocasiones entre los 15 primeros y sólo una vez falló el corte. La secuencia no es nada mala.
La última muesca en su cinturón ha sido el PGA Championship, primer Grande de la temporada que se disputó la semana pasada en el TPC Harding Park de San Francisco y donde el jugador de Barrika finalizó en el puesto decimotercero.
Realmente Jon no llegó a pelear en ningún momento por la victoria de una manera evidente, pero jamás le perdió la cara a la semana, superó el corte con holgura y no estuvo nada lejos de dar un susto a los hombres de cabeza el fin de semana. Jugó al par o mejor los cuatro días (70-69-68-67) en un duro TPC Harding Park y finalizó con un acumulado de -7, a un golpe del top ten y seis del campeón, Collin Morikawa.
La lectura del PGA Championship de Jon debe ser muy positiva. Sin desplegar su mejor juego, especialmente en los golpes a green, logró mantenerse en la pelea en el torneo. El primer día le tocó bailar con la más fea en cuestión de viento, ya que la tarde fue mucho más complicada a la mañana, pero se agarró para salvar los muebles y a partir de ahí fue mejorando su golf y sus prestaciones. Desde el tee ha estado sobresaliente y si los hierros y el putter lo hubieran acompañado un poco más, habría estado en la pelea final por el triunfo.
Sea como fuere, su espléndida reacción en la ronda final, con unos excelentes nueve segundos hoyos, parcial de 31 golpes, le permitió ganar muchas posiciones en la clasificación y sumar lo suficiente como para recuperar el Número Uno del mundo. Ha desbancado a Justin Thomas y se asegura dos semanas más como el rey del golf.
El golfista vizcaíno descansará esta semana y volverá a la acción la que viene con el Northern Trust Open, primer playoff de la FedEx de la temporada. Ahí volverá a producirse una nueva batalla por el Número Uno con múltiples candidatos en liza.