No fue la mejor semana. No, no fue el debut soñado en el WGC HSBC Champions para Jon Rahm. Primera visita a Shanghai, al Shenzhen International, y más problemas y dificultades con el juego que auténtico disfrute. Pese a todo, pese al viento en contra, pese a las complicaciones con el swing, Rahm se las arregló para ser competitivo. Cierto que nunca peleó de verdad por ganar el torneo, pero sí que estuvo metido en la lucha por el top ten hasta los últimos nueve hoyos. Y conseguir algo así con los números de tee a green que presentó tuvo muchísimo mérito.

Jon se despidió de su primera visita a China con un resultado total de PAR, tras entregar cuatro tarjetas de 72, 74, 69 y 73 golpes. Realmente nunca llegó a domar el juego largo lo que requería un recorrido como aquel, pero se fajó lo que pudo, sacó todo el brillo a su juego corto, se agarró al putt y fue salvando dificultades para mantenerse en el torneo.

Los números no dejan lugar a la duda. Cazó 24 de 56 calles, menos del cincuenta por ciento, y 43 de los 72 greenes, unos datos que están muy lejos de los estándares habituales de Jon. Tocó sufrir de lo lindo el viernes. Prácticamente no pudo hacer ni un golpe menos. Cazó dos calles y ocho greenes. Un dolor de muelas.

Así las cosas, Jon fue batallando y a falta de nueve hoyos se colocó a tiro del top ten, aunque necesitaba un final de vértigo. Éste no llegó y acabó en el puesto 36º, en pie, sin perder la batalla con un campo que no le puso las cosas fáciles. Otra semana más de aprendizaje. Toneladas de experiencia que echar a la mochila de jugador profesional.

Jon se tomará ahora un par de semanas de descanso y regresará para jugar el DP Dubai World Tour Championship, la Final de la Race to Dubai, torneo con el que pondrá el punto y final a una temporada apasionante, larga y tremendamente existosa.

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