Jon Rahm finalizó undécimo el Waste Management Phoenix Open, una semana más en la que estuvo peleando por la victoria hasta los últimos nueve hoyos del torneo. Otra gran semana del golfista de Barrika, aunque el desenlace final no fuera precisamente el deseado y quede un ligero regusto amargo.
Rahm consiguió otra vez salir en el partido estelar el domingo, junto a Rickie Fowler y Chez Reavie. Y eso que las tres primeras rondas no fueron precisamente una balsa de aceite. El golfista español tiró de paciencia infinita en la primera ronda, cuando todo parecía que se le volvía en contra, incluido ese golpazo a bandera que pegaba contra la bola de Xander Schauffele y acababa a once metros del hoyos cuando lo normal es que hubiera quedado dada.
Pese a las dificultades fue capaz de entregar una tarjeta de 67 golpes para meterse arriba desde el inicio. También aguantó en la segunda ronda, 68 golpes, y remató con un excelente zarpazo el sábado con una vuelta de 65 golpes, disfrutando, terminando el día con una magnífica secuencia de birdie que incluyó uno al 16, repartiendo cintas de Rahmbo entre el público y vestido con la camiseta de Pat Tillman, héroe del equipo de la NFL de Arizona State.
La última ronda tardó en arrancar. Empezó con bogey y fue a remolque toda la jornada. Es cierto que en los primeros once hoyos siempre transmitió la sensación de que en algún momento se iba a poner en marcha la moto y que se podría llevar la victoria. No estuvo tan lejos. Salvó algunos pares mágicos, como en el 9 y en el 11, pero se atascó en el 12 y 13. Cometió bogey en el primero y no pudo sacar el birdie en el segundo, un par 5 en el que firmó una gran salida, tirando a green de dos.
A partir de ahí, Rahm no bajó los brazos, siguió atacando, buscando el liderato, sin arrojar la toalla. Pero no le salió nada. En el hoyo 15 se fue al agua y firmó el bogey y acabó con un buen birdie en el 17 para finalizar a las puertas del top ten.
No fue la rúbrica deseada, pero no quita para que firmara otra gran semana de golf, peleando por el triunfo hasta el final y demostrando que incluso cuando no su juego no está al mejor nivel, es suficiente para codearse con el liderato.