Jon Rahm disputa desde este jueves el décimo Grande de carrera. Arranca el PGA Championship en el recorrido Bellerive Country Club de St. Louis, en Misuri.
Una cifra redonda que únicamente refleja el extraordinario impacto del golfista de Barrika desde su llegada al golf profesional. Conviene recordar que apenas lleva algo más de dos años como profesional y ya acumula la friolera de diez ‘majors’.
Jon aterriza en Bellerive con el juego en perfecto estado de revista. Sigue pegando muy bien a la bola y los malos números con el putt del WGC Bridgestone Invitational no han dejado ningún poso, más bien al contrario. Rahm está convencido de que pateó bien, pero fue una de esas semanas en las que la bola no quiso caer al hoyo.
De este modo, no hay mucho que cambiar. El campo está húmedo y largo a causa de las últimas lluvias caídas, por lo que se necesitará una estrategia agresiva, un modo de jugar en el que Jon se encuentra realmente cómodo.
Rahm jugará las dos primeras jornadas con Justin Rose y Jordan Spieth, un emparejamiento ideal para ir calentando motores para la Ryder Cup, un objetivo que aún queda lejos en la mente del golfista español. Lo primero será jugar el PGA con el mismo objetivo que planteó a principios de año para todos los ‘majors’: llegar con opciones de victoria al domingo.