Jon Rahm juega en casa esta semana. Literal. Disputa el Waste Management Phoenix Open, uno de los torneos más populares del PGA Tour que se juega en el TPC Scottsdale, en Arizona, aproximadamente a cinco minutos en coche de su casa.

El golfista de Barrika vivirá la inigualable sensación de dormir en su cama después de cada ronda de prácticas y cada jornada.

Es obvio que no es un torneo más para Jon. Éste es de los que está subrayado en rojo en la lista de tareas anual, es uno de los objetivos marcados. Rahm pertenece a una estirpe de jugadores de golf que persigue la victoria cada semana, juegue donde juegue y se trata del circuito que sea. Lo ha demostrado hasta la saciedad desde que era apenas un juvenil. Sin embargo, como es lógico, hay algunas semanas más señaladas que otras, hay victorias más especiales y deseadas y ésta es una de ellas.

Rahm llega al torneo en un buen momento. Ha firmado dos séptimos puestos para empezar la temporada, uno en el Sentyr y otro en el Farmers, se encuentra a gusto con el nuevo equipamiento y, realmente, lo único que necesita es que terminen de encajar un par de piezas para levantar el primer trofeo de 2021, una tarea por otro lado nada sencilla.

Jon se ha adaptado muy bien al nuevo equipamiento de Callaway. Ya está jugando todos los palos y la bola y ahora realmente está en fase de pulir y dar brillo. Son apenas unos detalles para terminar de sentir ese material como suyo, como si lo hubiera estado jugando toda la vida.

La cita del PGA Tour vuelve a ser de altos vuelos, con la presencia de Rory McIlroy, Justin Thomas, Brooks Koepka, Jordan Spieth, Xander Schauffele o Webb Simpson. Será otra gran semana para acumular un buen botín de puntos FedEx Cup y ranking mundial.

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