No fue la semana soñada para Jon Rahm en el American Express del PGA Tour. El golfista de Barrika regresó al torneo que ganó en 2018 y estuvo toda la semana en los puestos punteros, pero no llegó a dispararse ni a meterse realmente en la pelea por la victoria en ningún momento.

Terminó en el puesto 14º con un total de 274 golpes, con cuatro vueltas de 66-70-67-71 golpes.

Rahm volvió a mostrarse muy fiable de tee a green, aunque seguramente no tan poderoso como en otras ocasiones. Se le escaparon más calles de lo habitual y con los hierros, pese a cazar muchos greenes en regulación, consistencia y solidez, no terminó de dejarlas tan cerca como en otras ocasiones.

En cualquier caso, la principal clave de la semana para no haber terminado aún más arriba estuvo en el putter. De nuevo, el PGA Tour vivió una semana de resultados muy bajos, como ocurrió en el Sentry Tournament of Champions, por lo que hacía falta un acierto muy grande en los greenes para poder pelear por las primeras posiciones. Rahm nunca llegó a encontrarse cómodo. Sin estar del todo mal, no logró el nivel de acierto de otras ocasiones.

Sea como fuere, suma otro top 15 en su carrera en el PGA Tour, que no está nada mal en una semana donde las cosas no rodaron especialmente bien. Sirva como dato que de sus últimos torneos en el circuito americano, o lo que es lo mismo, desde el mes de mayo, Jon ha jugado once torneos y éste ha sido su peor resultado al margen del corte que falló en el Fortinet. El accidente.

Jon podrá sacarse pronto la espina de una semana donde no ha terminado de encontrarse a gusto con la disputa esta semana, a partir del miércoles del Farmers Insurance Open, en Torrey Pines, su lugar favorito del planeta, donde el año pasado conquistó el US Open y ganó en 2017 su primer torneo en el PGA Tour.

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