Jon Rahm no tuvo la semana soñada en el US Open. El jugador de Barrika falló su primer corte en un grande tras rubricar dos rondas de 76 y 73 golpes en Erin Hills, recorrido situado en Wisconsin que debutaba en la rotación del US Open.
La principal exigencia de Erin Hills estaba desde el tee de salida. Las calles eran más anchas de lo habitual en un US Open, pero cada error se pagaba muy caro debido a la existencia de un rough terrorífico. No era una buena semana para no estar fino con el drive, ya que además el campo estaba muy largo (por metraje y las lluvias caídas) y salir con madera 3 o hierro significaba quedarse muy atrás respecto al resto de jugadores.
Precisamente el drive fue el principal problema de Jon esta semana. Así es el golf. Esta temporada esta siendo seguramente el mejor palo de la bolsa y, sin embargo, justo cuando llega uno de los torneos más importantes del año hace mutis por el foro. Cogió 17 de las 28 calles, una cifra que sin ser un desastre, anduvo lejos de los números que tuvieron los primeros clasificados.
Además del drive, tampoco el putter lo ayudó en los momentos donde pudo sacar la cabeza y restarle golpes al campo. Fue un cóctel muy malo que lo dejó sin opciones de jugar el fin de semana. Una decepción, aunque sólo queda mirar hacia adelante, aprender de la experiencia de este US Open, trabajar y poner toda la carne en el asador para el próximo torneo.
Nadie tiene más ganas que Jon de que llegue ya el próximo torneo para poder sacarse la espina. En cualquier caso, los batacazos de las grandes figuras del golf mundial estuvieron a la orden del día en Erin Hills. Además de Rahm, se quedaron fuera del corte Dustin Johnson, Rory McIlroy, Jason Day, Henrik Stenson o Justin Rose, entre otros.
La próxima cita de Jon en su calendario será el Open de Francia, su debut esta temporada en el European Tour, en el campo donde la próxima temporada se jugará la Ryder Cup. Una cita sin duda muy especial y cerca de casa.