El número uno del golf mundial apura en familia sus últimos días de descanso previos al inicio de una nueva temporada, en la que el Open Británico será uno de sus grandes objetivos.

Así pues, Jon Rahm sigue recargando pilas arropado por su gente más cercana, antes de volver a coger los palos en el Sentry Tournament of Champions, que se disputará en Hawái durante la primera semana de enero. Durante este periodo vacacional el golfista de Barrika ha aprovechado también para impulsar su proyecto social Jon Rahm Golf4kids. Una iniciativa que el pasado sábado en el campo de Meaztegi le permitió compartir con medio centenar de niños y niñas consejos, confidencias, golf y diversión.

Como el propio Rahm indica se trata de contribuir a la formación integral de los jóvenes, a través de los valores que abandera el golf. Entre otras cosas, Jon Rahm Golf4kids supone “una oportunidad para que aquellos peques que no pueden acceder a ciertos torneos por no disponer del hándicap necesario puedan competir y disfrutar en un circuito como el nosotros proponemos”, explica Jon Rahm. Otro de sus alicientes es que reduce la duración de los partidos, lo que facilita la conciliación familiar. “De haber existido algo así cuando yo era pequeño, seguro que mis padres me hubiesen inscrito”, sentencia.

Jon Rahm tampoco oculta lo satisfactorio que le resulta el hecho de poder colaborar con un proyecto solidario como la Fundación Aladina, volcada en la ayuda a niños con cáncer. “Visitar a los críos que ellos apadrinan te da una perspectiva diferente de la vida; te hace valorar mucho más lo que tienes. Impresiona ver reír a un niño con su futuro vital comprometido”, se sincera Rahm. Por eso desde Jon Rahm Golf4kids tratan de contribuir a multiplicar esas sonrisas y los momentos de felicidad de las y los menores ingresados en el Hospital Niño Jesús con la construcción de un pequeño campo de golf en sus instalaciones.

Éste es igualmente un momento propicio para que Jon Rahm haga balance de lo que ha sido una brillante e intensa campaña. Una temporada que se ha a largado casi un año y medio y que le ha exigido un gran esfuerzo. No cabe duda de que si por algo recordará 2021 a nivel profesional será por su triunfo en el U.S. Open, su primer major. El número uno mundial reconoce que esa victoria tuvo más de liberación que de alegría. “Me quité un peso de encima porque con ese triunfo dejaba de ser un buen jugador que no había ganado un grande. Una etiqueta que se adjudica con una injusta rapidez”.

Además Rahm se reafirma en el acierto que supuso decidir hacer un parón competitivo en el tramo final del año, para recuperarse física y mentalmente. “Necesitaba dedicarme a cosas como ejercer más tiempo de aita; a cosas tan naturales como despertarme a las tres de la madrugada para dar de comer a Kepa o cambiarle el pañal. Me ha ayudado mucho poder estar ahí para mi familia. Además, de haber seguido con el ritmo que llevaba corría el riesgo de hipotecar la próxima temporada”.

Esta particular terapia reconstituyente también ha incluido disfrutar de su localidad de socio en la grada de San Mamés, para animar a su querido Athletic. Jon Rahm ha tenido ocasión de arropar a los rojiblancos ante el Sevilla y el Betis y lo volverá a hacer el miércoles frente al Real Madrid. Como aficionado lanza un mensaje de optimismo: “el Athletic está haciendo lo que puede en una etapa de transición, que no es fácil de recorrer. Ya lo hemos pasado mal en otras ocasiones y hemos salido adelante. Seguro que el equipo volverá a encadenar buenos resultados”.

 

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